miércoles, 24 de septiembre de 2014

¿Corrupción en ESPAÑA? "Nuestros" políticos (2).




Nuestros políticos no son corruptos. Este es un término poco elegante, malsonante y hasta ofensivo. No me extrañaría que, cualquier día, la Academia lo suprima del Diccionario por estar en desuso, como debe ser.
Nuestros políticos son simplemente distraídos, que es muy distinto. Sí, ya sé… generalizar no es justo, sobre todo si son “cualidades” humanas. Aunque ellos son muy aficionados a la generalización a la hora de ofender.
En fin… sigamos. Para no ser injusto, ni como ellos, diré “algunos de nuestros políticos son muy distraídos”. Por ejemplo, están los que confunden sus cuentas con las cuentas públicas, distracción imperdonable pero que no suele tener consecuencias ni desde el punto de vista judicial ni desde el punto de vista electoral. Lo primero es grave, pero no está en nuestra mano, pero lo último es muy grave y está en nuestra mano solucionarlo, no en la mía ni en la tuya, en la de todos.
Otros son distraídos porque aprueban presupuestos para mejorar sus cuentas sin caer en el pequeño detalle de que los ingresos son inferiores a los gastos aprobados y que las cuentas que tienen que mejorar son las públicas. Las cuentas públicas no  importan.
Otros, no son distraídos, juegan a distraer, que es distinto. Se puede distraer de muchas formas. Una especialmente interesante consiste en realizar una confesión. Confesión sin penitencia evidentemente. Lo realmente interesante es que la confesión, en realidad no es una confesión, es una amenaza. No es que la confesión consista en poner una cabeza de caballo en la cama de alguien, no, es más bien, advertir que está dispuesto a poner a los pies de los caballos a quien sea necesario.
Otros, no son distraídos por un interés concreto, son distraídos en general. Son distraídos sin interés aparente, por ejemplo borran la memoria de un disco duro, hacen apuntes contables que ni ellos mismos recuerdan haber hecho, o reparten sobres sin recibos, o reciben en sobres etc.
Otros, son distraídos, tan distraídos que recién terminada la campaña electoral no recuerdan ni que hubo campaña, iban tan distraídos… En definitiva, se distrajeron y olvidaron hacer el programa. Porque llamar programa al listado de intenciones, que anuncian en sus páginas Web, exige una voluntad férrea por parte de sus escasos lectores para leerlos.
Por último, tenemos los distraídos miopes. Estos son hasta peligrosos. Colocan un aeropuerto donde cualquier español que ha realizado sus estudios básicos, elementales o como ahora se llamen sabe, sin necesidad de ningún asesor experto, que no es necesario.
¿Están los distraídos distrayendo? Puede que sí, puede que no. A gusto del consumidor.
Ahora, un ejemplo que demuestra que lo dicho hasta aquí no es dudoso.
Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, la prensa, los medios de comunicación (todos muy independientes), se dedican a contarnos, a informarnos dónde se encuentra el Sr. Más con su hoja de ruta, QUE NO SABEMOS A DÓNDE LE VA A LLEVAR. El Sr. Más, fue Consejero del Muy Honorable Sr. Pujol y ¿Cómo estaba el Sr. Más?. En esos momentos, distraído.
Bueno, olvidaba que hay algo común a todos ellos, a los políticos quiero decir. Se dedican a la política para servir desinteresadamente a  sus ciudadanos, a su Nación y no para servirse de ellos y ella. Pero ojo que, puedo estar equivocado.
 Mientras termino de escribir estas líneas el Sr. Gallardón, Ministro de Justicia, ha dimitido. ¡Felicidades D. Alberto!, muchos españoles le agradecemos que abandone la política y se dedique a otra actividad más productiva, para nuestra maltratada España.


Un español distraído.

2 comentarios:

  1. Esperemos que ahora los ciudadanos nos nos distraigamos y votemos a quien se han distraído anteriormente de la corupción. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Esperemos. Un abrazo María del Carmen y gracias por venir.

      Eliminar