El árbitro, señor Mateu Lahoz, bético hasta la médula,
intentó que su actuación estuviera fuera de toda sospecha, y lo consiguió. Y
tanto que lo consiguió.
Un partido que el Madrid, como siempre, daba por ganado, se
le complicó por una actuación desafortunada de Keilor Navas.
El Betis debe plantearse seriamente su defensa de cinco. Tres
centrales, teóricamente, deberían evitar tanto remate desde el área chica, pero a la vista está que no, como sucedió el
domingo. El centro del campo del Betis era en realidad la primera línea
defensiva y de esa forma resulta difícil crear juego.
Es evidente que el presupuesto del Madrid es muy superior al
de todos los equipos, exceptuando al Barcelona, y por lo tanto la calidad de
sus jugadores también.
Pero el domingo vimos que a pesar de la enorme plantilla que
tiene, a veces necesitan ayuda.
La tecnología tardará en llegar a nuestros estadios: una vez
el error beneficiará al pequeño y cien veces a los de siempre.
Lo bueno del fútbol es que la historia solo recuerda los resultados,
como ya sabe el PSG.
¡GLORIA AL BETIS!
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